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(ca) Preguntas para conocer si eres anarquista. (La respuesta puede ser una sorpresa)(pt)

From a-infos-ca@ainfos.ca
Date Mon, 12 Jul 2004 19:28:32 +0200 (CEST)


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AGENCIA DE NOTICIAS A-INFOS
http://www.ainfos.ca/
http://ainfos.ca/index24.html
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Lo más probable es que ya hayas escuchado algo sobre quiénes son los
anarquistas y sobre aquello en lo que supuestamente creen. Lo más probable
es que todo lo que escuchaste decir sobre ellos sea falso. Mucha gente
parece que piensa que los anarquistas son adeptos a la violencia, al caos
y a la destrucción, que se oponen a todas las formas de orden y de
organización, que son nihilistas fanáticos que quieren acabar con todo.
Nada más lejos de la realidad. Los anarquistas son las personas que
piensan simplemente que los seres humanos pueden comportarse de una forma
razonable sin tener que ser obligados a ello. En realidad, es una noción
muy simple. Pero es la noción que los ricos y poderosos siempre
consideraron más peligrosa.
En su expresión más simple, las creencias anarquistas giran en torno a dos
premisas. La primera es que los seres humanos son, en circunstancias
normales, tan razonables y decentes como les permitan ser y, por lo tanto,
pueden autoorganizar sus comunidades sin necesidad de que les indiquen
cómo. La segunda es que el poder corrompe. Antes de nada, el anarquismo es
una cuestión de tener coraje para tomar los principios simples de la
decencia común por los cuales nos guiamos y seguirlos hasta sus
conclusiones lógicas. Por muy insólito que parezca, en muchos aspectos
importantes, ya eres anarquista (sólo que no te das cuenta).
Tal vez te ayude si analizamos algunos ejemplos del día a día:

- Si hay una fila para coger un autobús casi lleno, ¿vas a esperar tu
turno y contener las ganas de colarte, incluso si no hay ningún policía?
Si respondiste «sí», ¡entonces estás habituado a actuar como un
anarquista! El principio anarquista fundamental es «autoorganización»: el
asumir que los seres humanos no necesitan que se les amenace con sanciones
para que alcancen un grado de comprensión entre ellos, o para que traten a
los demás con dignidad y respeto.
Todas las personas creen que son capaces de comportarse de manera
razonable. Si piensas que la ley y la policía son necesarias, es sólo
porque no crees que otras personas lo sean. Pero si te paras a pensar, ¿no
tendrán ellas derecho a pensar exactamente lo mismo en relación a ti? Los
anarquistas argumentan que casi todo el comportamiento antisocial que nos
hace pensar que es necesaria la existencia de fuerzas armadas, de policía,
de prisiones y de gobiernos para controlar nuestras vidas es, de hecho,
causado por las desigualdades sistemáticas y la injusticia que esas
fuerzas armadas, policía, prisiones y gobiernos crean. Es todo un círculo
vicioso. Si las personas están acostumbradas a ser tratadas como si sus
opiniones no importasen, es probable que se vuelvan agresivas y cínicas,
incluso violentas (lo cual, por supuesto, hace que sea fácil para los que
están en el poder decir que sus opiniones no cuentan). En cuanto se dan
cuenta de que su opinión es tan importante como la de cualquier otra
persona, tienden a volverse muchísimo más abiertas. Para abreviar una
larga historia: los anarquistas creen que, en gran medida, es el propio
poder y sus consecuencias lo que vuelve a las personas estúpidas e
irresponsables.
- ¿Eres miembro de un club deportivo o equipo de deporte, o de cualquier
otra organización voluntaria donde las decisiones no sean impuestas por un
jefe, sino tomadas en base al consenso general?
Si respondiste «sí», ¡entonces perteneces a una organización que trabaja
de acuerdo con los principios anarquistas! Otro principio básico es la
asociación voluntaria. Es sólo una cuestión de aplicar los principios
democráticos a la vida diaria. La única diferencia es que los anarquistas
creen que debería ser posible la existencia de una sociedad en la que cada
cosa fuese organizada según esos principios, todos los grupos basados en
el consentimiento libre de sus miembros y, por lo tanto, todo ese estilo
de organización de arriba abajo (militar como los ejércitos, o las
burocracias o las grandes corporaciones, basadas en cadenas de comandos)
ya no serían necesarias. Tal vez no crea que eso llegue a ser posible
jamás. Tal vez sí. Pero cada vez que llegas a un acuerdo por consenso, en
vez de por una amenaza, cada vez que haces un pacto voluntario con otra
persona, llegas a un reconocimiento recíproco o alcanzas un compromiso
teniendo en la debida consideración la situación o las necesidades
particulares del otro, estás siendo un anarquista, incluso aunque no
tengas conciencia de ello.
El anarquismo es sólo el modo en que las personas actúan cuando tienen
libertad para hacerlo de acuerdo con su elección y cuando negocian con
otros que son también libres – y por lo tanto, conscientes de la
responsabilidad ante los demás que eso implica. Esto conduce a otro punto
crucial: mientras las personas pueden ser razonables y tener consideración
si están relacionándose con iguales, la naturaleza humana es tal que parce
imposible que lo hagan cuando se les da poder sobre los otros. Dale poder
a alguien y abusará de él de una forma u otra.
- ¿Piensas que la mayoría de los políticos son unos cerdos egocéntricos,
egoístas, a los que no les importa realmente el interés público? ¿Piensas
que vivimos en un sistema económico que es estúpido e injusto?
Si respondiste «sí», entonces apoyas la crítica anarquista de la sociedad
contemporánea (por lo menos en sus aspectos más generales). Los
anarquistas piensan que el poder corrompe y que los que pasan la vida
entera en busca del poder son las últimas personas a las que debería
dársele. Los anarquistas piensan que nuestro sistema económico actual
tiene más probabilidades de premiar a las personas por comportamientos
egoístas o sin escrúpulos que a las que son seres humanos decentes,
preocupados por los demás. La mayoría de las personas tienen esos
sentimientos. La única diferencia es que la mayoría de las personas cree
que no hay nada que hacer en relación con eso o que (y es esto en lo que
los fieles servidores del poder suelen insistir) puede llegar a hacerse
algo que acabe cambiando las cosas para peor. Pero... ¿y si no fuese
cierto? ¿Habrá realmente alguna razón válida para creer esto? Cuando se
pueden probar, la mayoría de las previsiones sobre lo que sucedería sin
estados o capitalismo acaban por demostrar que no están fundamentadas.
Durante miles de años las personas vivieron sin gobiernos. En muchos
lugares del mundo hay pueblos que viven fuera del control de los
gobiernos, incluso hoy en día. No se dedican a matarse unos a otros. Sólo
viven sus vidas, como cualquier otra persona haría. Claro que en una
sociedad compleja, urbana, tecnológica... hay una necesidad mucho mayor de
organización. Sin embargo, la tecnología puede hacer también que esos
problemas sean más fáciles de resolver. De hecho, ni siquiera empezamos a
pensar cómo serían nuestras vidas si la tecnología fuese puesta realmente
al servicio de las necesidades de los humanos. ¿Cuántas horas
necesitaríamos trabajar para mantener una sociedad funcional (es decir, si
nos viésemos libres de las ocupaciones inútiles o destructivas como el
telemarketing, los abogados, los carceleros, los analistas financieros,
los expertos en relaciones humanas, los burócratas y los políticos), si
enfocásemos el trabajo de nuestras mejores cabezas científicas de los
sistemas de armamento espaciales o del mercado de acciones hacia la
mecanización de las tareas más desagradables o más peligrosas como la
minería de carbón o la limpieza del baño y si distribuyésemos el trabajo
que sobrase entre todas las personas? ¿Cuatro horas al día? ¿Tres? ¿Dos?
Nadie lo sabe porque nadie se hace ni siquiera ese tipo de pregunta. Los
anarquistas piensan que estas son exactamente el tipo de preguntas que
deberíamos empezar a hacernos.

- ¿Crees realmente en las cosas que les dices a tus hijos (o que tus
padres te contaron)?
«No importa quién empezó». «Dos males no hacen un bien». «Limpia lo que
ensuciaste». «Haz las cosas pensando en los demás». «No seas mezquino con
las personas que te parece diferentes». Tal vez deberíamos decidir si
estamos mintiendo a nuestros hijos cuando les hablamos del bien y del mal,
o si estamos tomando realmente en serio nuestras propias sentencias.
Porque si llevas estos principios morales a sus conclusiones lógicas,
llegarás al anarquismo.
Toma el principio de que dos males sumados no producen un bien. Si tomases
eso realmente en serio, bastaría para echar por tierra casi totalmente la
base de todo el sistema bélico y de justicia criminal. Lo mismo pasa con
el reparto: les decimos siempre a los niños que tiene que aprender a
compartir, a tener en cuenta las necesidades de unos y de otros, a
ayudarse mutuamente; después, cuando estamos en el mundo real asumimos que
cada uno es naturalmente egoísta y competitivo. Un anaquista asegurará
siempre que, de hecho, lo que les decimos a nuestros hijos es cierto.
Mucho de lo que se consiguió en la historia de la humanidad, cada
descubrimiento o hecho que mejoró la vida de las personas, fue gracias a
la cooperación y la ayuda mutua. Incluso ahora, la mayor parte de nosotros
gastamos más con nuestra familia y con nuestros amigos que con nosotros
mismos. Aunque, sin ninguna duda, siempre va a haber personas competitivas
en este mundo, no es una razón para que la sociedad se base en el fomento
de ese comportamiento y mucho menos para hacer que las personas compitan
para alcanzar las necesidades básicas de la vida. Una sociedad que sólo
fomenta la competición, sólo defiende los intereses de los que están en el
poder, que quieren que vivamos con temor hacia los demás. Por eso los
anarquistas proponen una sociedad basada no sólo en la asociación libre
sino también en la ayuda mutua.
La verdad es que la mayor parte de los niños crece creyendo en una moral
anarquista y gradualmente tienen que darse cuenta de que el mundo adulto
no funciona así. He ahí por qué tantas personas son rebeldes, alienadas e
incluso suicidas mientras son adolescentes, y acaban por resignarse y
amargarse cuando se convierten en adultos. La única recompensa es,
frecuentemente, tener capacidad para educar a sus propios hijos y desear
que el mundo sea justo para ellos. ¿Pero por qué no comenzamos por
construir un mundo que sea realmente basado en los principios de la
justicia? ¿No sería ese el mejor regalo que podríamos dar a nuestros
hijos?
- ¿Crees que el ser humano es fundamentalmente corrupto y malo o que
algunos tipos de personas (mujeres, personas de raza negra, gente común
que no es ni rica ni tiene estudios) son especímenes inferiores,
destinados a ser gobernados por alguien mejor que ellos?
Si tu respuesta es «sí», bueno, entonces parece que no eres anarquista al
fin y al cabo. Pero si respondiste «no», entonces es posible que estés de
acuerdo con el 90% de los principios anarquistas y, esperamos, estés
viviendo tu vida de acuerdo con ellos. Siempre que tratas a otro ser
humano con consideración y respeto estás siendo anarquista. Cada vez que
resuelves tus divergencias con otros a través de un compromiso razonable y
escuchas lo que cada uno tiene que decir en vez de dejar que alguien
decida en nombre de los restantes, estás siendo anarquista. Cada vez que
tienes oportunidad de forzar a alguien a hacer algo pero, en vez de eso,
decides apelar a tu sentido de la razón y la justicia, estás siendo
anarquista. Lo mismo pasa cuando compartes algo con un amigo, o decides
quién va a lavar los platos, u otra cosa con un sentido de equidad.Claro, podrás objetar que todo va bien mientras se trata de pequeños
grupos de personas que se relacionan mutuamente, pero para administrar una
ciudad o un país, es un asunto totalmente diferente. Y, evidentemente,
esto tiene su razón de ser. Incluso si se descentraliza la sociedad y se
pone el mayor poder posible en manos de las pequeñas comunidades habrá (a
pesar de todo), un gran número de cosas que necesiten ser coordinadas,
desde administrar las vías de ferrocarril hasta decidir sobre qué aspectos
debe centrarse la investigación en medicina. Pero sólo porque algo sea
complicado no quiere decir que no haya manera de hacerlo. Simplemente
quiere decir que será complicado. De hecho, los anarquistas tienen muchas
ideas sobre cómo una sociedad saludable y democrática debería
autogobernarse. Para explicarlas es necesario ir mucho más allá de este
pequeño texto introductorio. De todas formas, no hay ningún anarquista que
pretenda tener en sus manos el modelo perfecto. La verdad es que no
conseguimos imaginar la mitad de los problemas que surgirán cuando
intentemos crear una sociedad democrática. Incluso así, creemos que la
capacidad de los humanos está a la altura de resolverlos mientras la
humanidad se conserve dentro del espíritu de nuestros principios básicos
(que son, al fin y al cabo, sólo los principios de decencia humana
fundamental).
Nola Anarchy


Texto original: http://pt.indymedia.org




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